5.1. Interfaces y pantallas
5.1.3. El absurdo de lo digital
El ejemplo de la lavadora que mencionábamos al principio no es un caso aislado. A lo largo de este apartado habéis podido comprobar cómo, en los últimos años, parece haberse priorizado una digitalización de aquello que tradicionalmente no lo era. Hay muchos ejemplos de casos en los que se ha decidido añadir una pantalla a sistemas que normalmente no la tenían, y que funcionaban perfectamente sin ella. Esto ha supuesto, en algunos casos, una dificultad añadida para poderlos utilizar y, en otros, que pierdan el sentido y se vuelvan ridículos.
No entraremos a debatir si estos casos son útiles o no, o si nosotros los usaríamos. El objetivo es reflexionar con una mirada crítica sobre el hecho de digitalizar y añadir interfaces a sistemas que tradicionalmente no lo han sido nunca. ¿Qué cambia ahora? ¿Qué necesidad existe hoy en día que se resuelva añadiendo una pantalla y una aplicación a una lavadora?
Seguramente todos conocemos el juego del Pictionary: un jugador de un equipo dibuja un término que solo él conoce, para que los miembros de su equipo lo adivinen. Hace unos años, Mattel empezó a comercializar una nueva versión de este juego, el Pictionary Air. Partía de la misma base, que una persona dibuja con el objetivo de que los otros adivinen una palabra, pero en este caso el jugador dibuja en el aire, y los miembros del equipo tienen que usar una aplicación para ver la ilustración que aparecerá en la pantalla del móvil.
A simple vista puede parecer sencillo y divertido, pero esconde la misma complejidad que desbloquear las puertas del coche con una aplicación, cuando la versión tradicional del juego ya funciona. Si lo observamos con los principios de Golden Krishna, en el caso del Pictionary Air, donde se ha priorizado el hecho de añadir una pantalla en vez de priorizar el proceso, es el usuario quien se adapta a la tecnología para poder jugar y, claramente, no es una interfaz que se adapte a los usuarios, puesto que puede esconder muchos problemas de accesibilidad.
El Pictionary Air no es el único caso en el que se ha digitalizado o se ha añadido una interfaz a un sistema tradicionalmente analógico. Os damos algunos ejemplos a continuación:
- iPotty: un orinal que lleva incorporada una pantalla y permite que los niños estén entretenidos mientras aprenden a ir al lavabo.
- June Intelligent Oven: un horno inteligente que lleva incorporada una cámara que detecta el tipo de comida que añadimos y que adapta la temperatura y los parámetros a cada plato. Además, el usuario puede cambiar los parámetros con una pequeña pantalla incorporada al horno.
- Kuvee Wine Bottle: una botella de vino conectada por wifi que permite a los usuarios leer toda la información sobre aquel vino específico en su pantalla incorporada y que mantiene fresca la bebida.
Ejemplos como estos, hay centenares. Pero, como decíamos, no se trata de criticarlos por su utilidad o de plantearnos si los utilizaríamos o no. Se trata de entender qué tipo de necesidad solucionan y qué aportan para mejorar la vida de las personas. ¿Proponen una solución a un problema que no sabíamos que teníamos? ¿O más bien añaden una capa de tecnología innecesaria? ¿Podría solucionarse sin pasar por una interfaz o pantalla?
Haced un repaso de las aplicaciones o sistemas que habéis adoptado o que usáis en vuestro día a día, y pensad qué os aportan, qué necesidad os solucionan o cómo se podrían cambiar.