1.4. Casos de estudio
1.4.2. Las tortugas mecánicas de Grey Walter
Entre los primeros robots móviles electromecánicos encontramos las máquinas experimentales del pionero de la cibernética, Grey Walter, que centraba su investigación, entre otras cosas, en estudiar la actividad eléctrica del cerebro.
El objetivo de sus robots, presentados en 1950, era el de probar su teoría de que un número mínimo de células cerebrales pueden controlar comportamientos complejos.
Estos robots experimentales imitaban la inteligencia viva en una aproximación que es un claro precedente de las ciencias de la vida artificial, que se desarrollarían en los años ochenta y noventa del siglo xx.
Walter intentó responder a una pregunta que sus sucesores todavía tienen pendiente responder: ¿hasta qué punto pueden llegar las máquinas a imitar la inteligencia humana?
A finales de los años cuarenta, Walter construyó sus primeros modelos: máquinas simples, de movimiento lento y con forma de tortuga, llamadas Elmer y Elsie.
Las máquinas estaban diseñadas para explorar su entorno y reaccionar con él a través de dos sentidos: la vista y el tacto. Una celda fotoeléctrica rotativa, el ojo de la máquina, explora el horizonte continuamente hasta que detecta una luz externa. La digitalización se para y la máquina se desplaza hacia la fuente de luz o, si la fuente es demasiado brillante, se aleja de ella. Un interruptor de contacto externo, sensible al tacto, hace que la máquina retroceda cuando encuentra obstáculos. Los robots se retiran a una estación de carga cuando tienen poca batería.