2.2. El concepto de agencia
En el apartado anterior hemos hablado del concepto de agencia en términos generales y aplicado a los objetos interactivos. En este apartado, lo recuperamos para aplicarlo a otro tipo de sistemas.
Cuando hablábamos de interactividad, nos referíamos a agencia como una entidad, algo que puede realizar acciones y que las realiza basándose en un comportamiento predefinido y teniendo en cuenta el contexto previo. Pero ¿qué determina que un sistema como Alexa tenga agencia? Nos contesta cuando le hablamos y puede realizar acciones a partir de ciertos parámetros, pero en cuanto a composición no se diferencia tanto de objetos como un altavoz convencional. ¿Tiene agencia, pues, un altavoz convencional?
Al referirnos a agencia es tan importante la capacidad de actuar como que esta se manifieste. Es decir, un sistema tiene agencia si además de tener la capacidad de realizar acciones las lleva a cabo. Si tuviéramos una Alexa que no nos contestara cuando le hiciéramos preguntas, diríamos que no tiene agencia.
Otro ejemplo sería el caso de un bot conversacional sin conexión a internet. Sabemos que un bot tiene esta capacidad, pero no le podemos atribuir esta entidad con capacidad de realizar acciones porque sin conexión a internet no las podría manifestar.
También es esencial que el sistema realice una acción basándose en un contexto y en analizar información que lo llevará a tomar una decisión. Si este bot conversacional se dedicara solo a resolver problemas matemáticos, no estaríamos hablando de un sistema con agencia.
Os recomendamos que leáis detenidamente la ficha de agencia en el Design Toolkit, puesto que allí se enumeran, entre otras, formas de aplicación del concepto de agencia, así como diferentes tipos de agencias, catalogados en función de la cantidad de datos que se extrapolan para tomar la decisión que llevará a cabo la acción.
En el caso de las interfaces basadas en la conversación, este concepto es esencial. A medida que estas están más presentes en nuestro día a día, como usuarios les acabamos atribuyendo rasgos de personalidad, o la capacidad de tomar decisiones. Y es justamente porque tienen agencia por lo que se las podemos atribuir.
Como veremos más adelante, esto también implica que intentemos comprender las características de los agentes basados en normas sociales. En este apartado, hablaremos de agente cuando nos refiramos a los sistemas a los que atribuimos agencia.
A continuación, veremos cómo el hecho de aplicar atributos sociales en estas tecnologías implica que haya prejuicios que influyen en la experiencia de usuario.