2.1. La conversación
Antes de empezar, pensad en las últimas 24 horas de vuestra vida y haced una lista mental de las conversaciones que habéis tenido, ya sea cara a cara, por teléfono o a través de alguna aplicación de mensajería. Seguramente, la lista que os ha salido es bastante larga, ¿verdad?
Los seres humanos somos sociales por naturaleza y la conversación es uno de los principales instrumentos que tenemos para socializar, es decir, para ser humanos. El desarrollo de nuestras habilidades conversacionales juega un papel muy importante en nuestro desarrollo como humanos, para transmitir conocimiento y crear comunidad.
Para dar contexto a la importancia de la conversación, podemos echar un vistazo al papel que esta ha tenido a lo largo de la historia y nos daremos cuenta realmente de su valor en diferentes culturas.
Si empezamos por la cultura clásica, no podemos hablar de conversación sin pasar por Sócrates y su dialéctica. En este caso, esta forma de diálogo era un método cooperativo, basado en hacerse preguntas y estimular la reflexión y el pensamiento crítico, y en el cual la contradicción se veía como un dinamizador de la conversación.
Esta manera de conversar ponía el foco justamente en saber escuchar a los otros, así como en expresar ideas de forma lógica, utilizando el sentido crítico y analítico sobre uno mismo. En este sentido, se usaba la conversación como método de aprendizaje, para promover la curiosidad y el espíritu crítico y hacerse preguntas que iban más allá de lo que era obvio.
La conversación como metodología para reflexionar es muy similar a la idea fundamental del diseño especulativo y crítico. Como hemos visto, en este caso se usa el diseño para llegar a nuevos escenarios que provoquen debate y pensamiento crítico, igual que hacían los sofistas con el diálogo y la conversación.
En resumen, la interacción conversacional busca una manera más natural de interaccionar con un sistema. Como diseñadores de interacción, nuestro objetivo debe ser el de diseñar y construir máquinas que hablan y con las que podemos hablar. Este objetivo conecta con la necesidad que tenemos las personas de construir artefactos que imiten nuestro comportamiento y, como veremos en este apartado, hay muchos aspectos que se deben tener en cuenta antes de llegar a un sistema que satisfaga esta necesidad.